El presente texto tiene como objetivo estudiar la complejidad del proceso administrativo en la gerencia actual, pues, toda la literatura que relata sus tópicos teóricos ha enseñado que el proceso administrativo se compone de una serie de subprocesos que deben cumplirse taxonómicamente en forma lineal y secuencial, cuando en la práctica real, este proceso, más que lineal es complejo, recursivo, complementario, hilvano, entramado, en fin, no responde a una receta estricta de ejecución, sino más bien que es adaptable a la diversidad de situaciones que son propias de la gerencia moderna y postmoderna. Por ello, la experiencia evidencia que la práctica gerencial en escenarios empresariales es un todo global que trasciende el simple manejo de recursos, pues, existe también para atender necesidades, mismas que son propias de los seres humanos.
Esto corrobora que el gerente es un líder humanista cuyo norte es articular de manera sostenible todos los recursos, incluidos los humanos, para alcanzar una meta u objetivo común que no podría lograr sin la colaboración de los demás actores. Lo cierto es que debe romperse el paradigma preconcebido de que el proceso administrativo (planificación, organización, dirección y control) en el contexto de la gerencia actual es un fenómeno lineal, porque no lo es, mas sí lo es complejo, complementario, trenzado e incluso desordenado y dicho desorden se justifica en la medida en que sus efectos den soluciones a situaciones prácticas. Por lo tanto, las funciones fundamentales del proceso administrativo no se ejecutan en forma independiente una de otra, sino que se entrelazan entre sí. Forman de esta manera una interrelación y un tejido entre las mismas, de tal forma que la ejecución de una influye sobre las demás, como que si los pormenores de cada sub-proceso se nutre de una maya de tareas administrativas que son pertinentes a todos los demás subprocesos administrativos.
En síntesis, el proceso administrativo científicamente se compone de cuatro funciones básicas (planificación, organización, dirección y control). Aunado a ello, se percibe como un sistema y todo sistema puede ajustarse y adaptarse según la situación que se presente, en tanto la secuencia de estas funciones se entiende por lógica teórica como un fenómeno lineal, pero en la praxis real se pueden adecuar, reordenar y entramar, lo que lo hace un proceso complejo, recíproco y alterno. Su fin último es la consecución de objetivos, pero son la naturaleza misma de estos objetivos, la que define la forma de ejecutar el proceso administrativo, indistintamente de su razón secuencial. Se agrega además, que el carácter de sistémico deja ver el proceso administrativo como una totalidad, y en cuanto al todo, sus componentes se utilizan, estructuran según las necesidades, problemas y contingencias que requieren atención. Todo este análisis que sobre el contenido teórico se hace, deja claro la complejidad y no linealidad del proceso administrativo en la gerencia actual.